La tricotilomanía
considerada un trastorno del control de los impulsos: “dificultad para
resistir el impulso que es perjudicial en su efecto” . Criterios diagnósticos de tricotilomanía según DSM IV- TR
A- Arrancamiento del propio pelo de forma recurrente, que da lugar a una pérdida perceptible de pelo.
B- Sensación de tensión creciente inmediatamente antes del arrancamiento del pelo cuando se intenta resistir la práctica de ese comportamiento.
C- Bienestar, gratificación o liberación cuando se produce el arrancamiento del pelo.
D- La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental y no se debe a una enfermedad dermatológica.
E- La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo
Para efectuar el diagnóstico de tricotilomanía se tienen en cuenta las zonas calvas y se descarta la enfermedad dermatológica como la alopecia areata o la calvicie.
A- Arrancamiento del propio pelo de forma recurrente, que da lugar a una pérdida perceptible de pelo.
B- Sensación de tensión creciente inmediatamente antes del arrancamiento del pelo cuando se intenta resistir la práctica de ese comportamiento.
C- Bienestar, gratificación o liberación cuando se produce el arrancamiento del pelo.
D- La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental y no se debe a una enfermedad dermatológica.
E- La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo
Para efectuar el diagnóstico de tricotilomanía se tienen en cuenta las zonas calvas y se descarta la enfermedad dermatológica como la alopecia areata o la calvicie.
La causa se desconoce, pero se sabe que en
los niños suele tener como disparador el estrés psicosocial (mudanzas, cambios
bruscos en su entorno, diferentes vivencias traumáticas). Como en otras
patologías, y desde el enfoque de la modificación de conducta, nos interesa
estudiar qué variables sostienen esta alteración del comportamiento. En este
sentido, la causa está en la historia de la conducta misma.
El
tratamiento farmacológico no arroja datos de eficacia a largo plazo. Sabemos
que se han utilizados inhibidores de serotonina (por el compromiso del sistema
serotoninérgico, dopaminérgico y opioide) pero no se conoce la eficacia de un
fármaco en particular que señale su terapéutica de elección. En la
tricotilomanía, los síntomas pueden reducirse con medicación, sin que
por eso se elimine el trastorno, con la administración de
antidepresivos como la fluoxetina.
Los siguientes procedimientos constituyen los pilares del Tratamiento
de hábitos nerviosos, Azrin, 1987
- Motivación:
Se ayuda al examen y la comprensión acabada de los inconvenientes y
dificultades que el hábito produce.
- Conciencia:
Como el hábito es prácticamente automático es preciso que el paciente sea
sensible a los detalles y hábitos secundarios; generar consciencia implica
conocer la especificidad de la conducta que va a modificarse.
- Reacción
de competencia: Es aquella que permite el control del hábito, consiste
en el aprendizaje de una conducta incompatible con él.
- Reacción
correctiva: Se trata de la conducta que puede neutralizar el
hábito mientras ocurre.
- Reacción
preventiva: El paciente realiza la reacción incompatible con el
hábito cuando ya puede reconocer el impulso, se impide que el hábito sea
iniciado venciendo la tentación de ejercerlo.
- Comportamiento
asociado: Este procedimiento permite reconocer aquellas conductas
que están enlazadas al hábito pudiendo evitarlas (tocar una hebilla por
ejemplo).
- Situaciones
que tienden al hábito: La toma de conciencia posibilita que
muchas situaciones sean asumidas como “de riesgo”, practicándose en ellas
la reacción de competencia sin ser sorprendidos por el hábito (hablar por
teléfono, estudiar, ver TV, etc.)-. Varían en cada paciente, damos con
ellas a partir de la evaluación en la primer fase de trabajo.
- Entrenamiento
en relajación: El paciente ejercita métodos de relajación para disipar
su ansiedad cuando se siente nervioso o en situaciones proclives al
hábito.
- Apoyo
social: El armado de un red social afectiva, por pequeña que sea,
ayuda a cobrar conciencia del hábito, a no realizarlo, y a sentir más
gratificación cuando este es eliminado por completo.
- Práctica:
Las distintas técnicas se ensayan hasta que se tornan automáticas.
- Ensayo
simbólico: La práctica imaginaria de distintas situaciones
permite el afrontamiento del hábito con mayor eficacia.
- Exhibición
de la mejoría: Luego del proceso terapéutico se buscan distintas
situaciones/actividades que antes se han evitado, se expone al paciente a
ellas en forma deliberada para reforzar los logros e interiorizar los
cambios.
- Registro: Se
llevará un registro diario donde sea medida la frecuencia del hábito y
consten los progresos.
Según Azrin: “los factores que facilitan la aparición de los hábitos nerviosos
son totalmente normales: imitar a otros, un problema médico que ya se ha
corregido, práctica excesiva de un movimiento normal, falta de conciencia y el
hecho de que los demás se abstengan de señalar la evidencia del hábito. Solo
una circunstancia incidental parece determinar quiénes de entre nosotros
adquirirán un hábito particular. El programa de tratamiento lo que logra es
precisamente invertir estos factores, efecto de ello es la eliminación del
hábito”.
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