Cuando soy amable con las personas que me encuentro en mi vida salgo muy beneficiada porque además de responderme con una sonrisa noto que se fortalece mi autoestima e incluso veo el mundo como un lugar más agradable. Por eso os animo a ser más generosos y amables, corteses y persistentes. Ser amable es un buen hábito que habría que inculcar desde la escuela porque aporta bienestar a uno mismo y a quienes nos rodean.
Ser amables no cuesta nada intentarlo y los beneficios obtenidos serán incalculables.
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