martes, 22 de marzo de 2011

Desarrollo del concepto de muerte en la infancia


De 3 a 6 años

Los niños creen que la característica principal de la muerte es la inmovilidad. Creen que se puede establecer contacto con el muerto mediante determinadas conductas y que no todos tienen por qué morir. La muerte es vivida como una separación temporal.

De 6 a 8 años

Paulatinamente, los niños van estableciendo una relación entre la vejez, la enfermedad y la muerte y van entendiendo que la muerte es irreversible e inevitable.

A partir de los 9 años

Los niños han adquirido ya un concepto realista del carácter universal de la muerte, comprenden sus causas y lo que significa: final de las funciones vitales. A los diez años, los niños tienen el mismo concepto de muerte que los adultos.

Los padres quieren mantener alejados a sus hijos de los pensamientos sobre la muerte , de ahí que cuando preguntan los niños responden con salidas poco afortunadas. Las mentiras piadosas como “el abuelo se ha dormido” pueden hacer más daño que servir de ayuda porque algunos niños se lo creen al pie de la letra; les entra miedo de ir a la cama o creen que en algún momento el abuelo se despertará.

Lo primero que tienen que hacer los padres es saber qué necesidades se esconden detrás de la pregunta. Esto significa que hay que prestarles atención, sin calificarlo, e intentar entender sus sentimientos. El adulto tiene que responder sin atemorizar al niño.

Lo decisivo no es que el niño desarrolle lo antes posible un concepto realista de muerte, sino que perciba que su pregunta recibe una contestación razonada y coherente, condiciones imprescindibles para que se sienta libre y confiado en seguir preguntando.

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